Termoterapia
La Termoterapia es una terapia en la que se aplica frío o calor con finalidades curativas. Para el frío se conoce como crioterapia, para el calor como Termoterapia, pero se aglutinan ambas en el segundo término.
Es una terapia primaria que se define como el arte y la ciencia del tratamiento mediante el calor de enfermedades y lesiones.
Los primeros escritos nos trasladan a la Roma y Grecia clásica, donde encontramos los efectos beneficiosos del sol y del agua. Además los antiguos chinos, persas y egipcios también se valieron de los efectos positivos del calor.
La termoterapia moderna surgió en Inglaterra a finales del siglo XIX y, de manera prácticamente simultánea en Estados Unidos.
Con el paso del tiempo, los beneficios de la termoterapia se han utilizado para el tratamiento de accidentes laborales, asistencia médica y tratamiento de discapacidades, factores que han fomentado el uso masivo de técnicas de termoterapia.
Uno de sus efectos principales inmediatos es el alivio rápido del dolor, se trata de una valiosa herramienta terapéutica en muchos procesos traumatológicos y reumáticos.
Esta terapia está dirigida a personas con contusiones musculares y articulares, artritis, artrosis, dolores gástricos o cólicos y contracturas. O para aquellos que necesitan aumentar la eliminación de toxinas por ácido úrico ya que incrementa la eliminación de orina. En un primer momento, el efecto principal es analgésico, se obtiene a los poco minutos y calma el dolor.
Pero hay más. Con el calor, se aumenta la vascularización por lo que hay un mayor flujo de sangre. Además se disminuye la
tensión arterial por la vasodilatación. El uso del calor provoca un aumento de las defensas en todo el organismo y también la frecuencia respiratoria. También disminuye la hinchazón en inflamaciones subagudas y crónicas.
No es de extrañar que un sinfín de terapias que nos aportan calor nos resulten tan útiles como placenteras.
